El fetiche de una bragas olorosas
¿Sabéis lo que es un fetiche? Podéis investigar lo que queráis, pero si no tienes un fetiche muy difícilmente podrás entender su magia, su hechizo, la secreta fascinación que nos produce, el incesante estímulo que representa, la agonizante sumisión que nos supone y el obsesivo placer que nos promete. No sé por qué pero yo soy una mujer con muchos fetiches y esto es algo que me hace diferente a la mayoría; así que no sé si es una suerte o es una condena. Supongo que tendréis que juzgar vosotros. Quienes conocen el clima de Sevilla saben que la primavera es una estación que apenas se siente. Es como una epifanía climática. No hemos terminado de salir de mayo cuando ya la temperatura remonta los 35 grados centígrados y, aunque calor comienza a sofocar lo cotidiano, con su arribo llega también un ánimo lujurioso, una disposición especial a la pasión y al erotismo. En esas estaba yo el viernes pasado, sofocada y sudorosa, soportando apenas el sopor de la tarde en mi cubículo de l